lunes, 20 de mayo de 2013

¿CyberMonday o…. #cyberestafa?

El facebook oficial de CyberMonday Peru, evento comercial impulsado por la Cámara de Comercio de Lima y cuatro empresas, se llenó desde las 00:00 horas de hoy de comentarios nada favorables con la iniciativa. La mayoría bautizó la promoción como Cyberestafa.

¿Que pasó? La idea era replicar lo que se hace en los Estados Unidos, para variar. Se prometieron ofertas “irrepetibles”, “increíbles” y claro, curiosos, y compradores en general se volcaron a las páginas de las cuatro empresas participantes (en un evento que busca impulsar el comercio electrónico en el Perú, evento del cual ninguna otra empresa de comercio electrónico tenía idea) y no encontraron nada irrepetible y menos increíble: simplemente, las mismas ofertas de todos los días.

Y eso no fue todo. Una de las marcas “reconocidas” tuvo problemas con la congestión y colapsó, en otras palabras, no estuvo preparada para el cargamontón lógico que vendría luego de anunciar un evento que, en Estados Unidos, causa verdadero furor por sus espectaculares descuentos.

Las redes sociales hicieron su trabajo. Engañados, defraudados, estafados, todos se sintieron mal. Los organizadores comentaron al diario “El Comercio” que las reacciones se debieron “a la alta expectativa del público”, aunque luego, el mismo diario aclara que “la molestia de los usuarios no solo se refirió a los problemas de acceso, sino a que las ofertas se han percibido (en líneas generales) como poco atrayentes”, según una encuesta que ellos realizaron en su facebook.

¿Que pasó? ¿Fue realmente una “cyberestafa”?

Mi opinión es que desde hace mucho tiempo la gente de marketing  (de algunas empresas, valgan verdades) se pelean con nuestros políticos la fama de “quien miente más y mejor” a los sufridos consumidores-ciudadanos. Hoy todas las ofertas, por pequeñas que sean son “extraordinarias”, “increíbles”, “fabulosas” y sin embargo, la gente de a pie, que no puede pelearse con los avisos publicitarios ni tienen un teléfono a la mano para llamar y quejarse (si tiene alguna queja marque el uno, espere en línea por favor, su llamada es importante para nosotros; lo sentimos, nuestros servicios se encuentran congestionados…) se topa con la verdad tan pronto pisa  el establecimiento comercial: que tal oferta es verdad a condición de que compres tal producto, que el producto que anunciaban ya se agotó pero tenemos este otro a precio “normal”, que la rebaja del 50% era si compras el pack y firmas un contrato por año y medio….

Ahora no es tan fácil mentir. Ya le pasó una vez a los helados D’onofrio, aunque lo suyo fue por desconocimiento (nadie se imaginó que la gente saldría en tropel, literalmente, a cargarse en vilo a los heladeros). Lo cierto es que si hablas de ofertas “increíbles” en un día especial (especial para los americanos, porque se realiza luego de un viernes negro), lo mínimo que esperan los clientes es que sean increíbles de verdad.

A muchos ya les ha pasado: se van a comprar esa camisa que el día anterior la vieron a “precio normal” y resulta que con el “increíble” descuento del 30 o del 40% sigue costando… ¡igual!

Lo increible de verdad, es la desfatachez. Luego no esperen otra reacción del público. Es claro que en esta fecha los comercios aprovechan para descongestionar sus almacenes a la espera de la nueva temporada o para preparar espacio para las ventas de navidad. Y por eso, no tendría nada de malo despojarse de esa mercadería que no sale. Pero eso es práctica común, eso no es CYBERMONDAY.

Lo peor es que han ensuciado, lejos de promover, el comercio electrónico en el Perú. Lo que critico aquí es que cuatro empresas, nada representativas del comercio electrónico peruano (porque aparecen varios años después de que otros pioneros lo estuvieran promoviendo, cinco, diez o quince años antes) se hagan de ese mérito, sin haber pevisto las consecuencias.

Hagamos comercio electrónico de verdad, con ofertas que no esperamos encontrar en las tiendas físicas o en el mundo offline. No sigamos utilizando las viejas prácticas del marketing que lo único que hacen es causar este grado de decepción y estas reacciones entre los consumidores. Felizmente la internet nos permite quejarnos en el momento y gritar si es preciso para que todos nos escuchen.

Por ahora, dejémosle las mentiras a los políticos.

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